De todos los cafés del mundo, tuvo que elegir el mío

Tarde de domingo de total y absoluta apatía, en la que lo más productivo que he hecho (bocetos aparte) ha sido ver (al fin!!) una de las Obras Maestras del Cine: Casablanca. Sonará a topicazo, pero ya no se hacen películas como estas. Genial todo todo, el guión, los actores (ese Claude Rains, por dios!), la fotografía, el cinismo, todo. Y sobre todo, algo que siempre me llega, los caminos que se vuelven a cruzar, una idea que se encuentra en muchas películas (Gilda, sin ir más lejos) y de ahí el título de este post.